Mandos
Historia de los mandos:
En el principio fueron las perillas y los botones. Era el año 1958 cuando el físico veterano del Proyecto Manhattan, William Highinbotham creó el primer videojuego, donde se recreaba un partido de tenis; lo llamó Tennis for two. Este era demasiado rudimentario y consistía en un osciloscopio y dos controles conectados a él. Los controles tenían una perilla que controlaba el movimiento de la “pelota” y un botón para golpearla. A simple vista resultaba mucho más complejo que el famoso Pong. Pero aún faltaba mucho para llegar a él.
A pesar de estos inventos, la primera consola casera en venderse fue el Magnavox Odyssey, en 1972. Sus controles tenían dos perillas para controlar el movimiento, una para el horizontal y una para el vertical. Aunque reminiscente a Tennis for Two, este sistema estaba ya pasado pues los primeros videojuegos tragamonedas habían dado el siguiente paso un año atrás.
La iconografía es algo que ha evolucionado en paralelo a la propia humanidad. La búsqueda del deseo de formar parte de un grupo nos ha llevado a crear formas de diferenciarnos de aquellos externos a nuestra pequeña sociedad: desde eslóganes, como las contraseñas necesarias para poder entrar a esos sitios exclusivos, hasta iconos, marcas visuales que llevamos con nosotros y que hacen saber a los que nos rodean que estamos o que formamos parte de una agrupación específica. En una sociedad de consumo, en la que las empresas buscan las mayores ganancias posibles, conseguir que tu simbología se vuelva parte de una cultura se traduce en más ventas, un éxito rotundo, y es por ello que existe un deseo de crear una marca. La industria del videojuego no es diferente.
¿Sega o Nintendo? ¿Play o Xbox? Estas son preguntas que no nos son ajenas. En nuestra vida las hemos escuchado cientos de veces. Son cuestiones que, llegados a determinado punto, crean subgrupos diferentes dentro de los consumidores de videojuegos. Hay gente que es más de Sony, otros de Microsoft. Y es que aunque juguemos a ambas consolas, siempre nos vamos a sentir más identificados con una de estas compañías. El logotipo, sus juegos exclusivos, su forma, todo ello pasa a formar una parte de nuestro ideario, algo con lo que simpatizamos tras muchos años de aventuras juntos. Pero todo evoluciona, todo cambia, y es difícil ver que aquello con lo que antes te sentías identificado es reemplazado por algo nuevo y distinto. La situación, dependiendo del nivel de conexión que tuvieras con dicho icono, puede ser hasta violenta (no en un sentido literal del término).Nuestro viaje con PlayStation tiene ya más de treinta años, periodo de tiempo en el que hemos visto nacer y morir sagas, cambiar a algunas a mejor y otras a peor, o incluso disfrutar aventuras individuales que te hacen preguntarte por qué no continuaron. En todos esos cambios siempre encontramos una cosa que, aunque diferente generación tras generación, siempre guardó cierto parecido con sus antecesores: DualShock.


Comentarios
Publicar un comentario